Ingredientes para 10 huevos:

• 1 y 1/4 litro de leche
• 140 g de harina
• 100 g de mantequilla
• Sal y pimienta
• 10 huevos
• Aceite para freir
• 2 huevos para empanar
• Pan rayado

Primero necesitamos que los huevos sean de calidad y lo más frescos posible, para poder hacer unos buenos huevos fritos.

En una sartén pequeña ponemos aceite (unos 3 dedos) para que al freír los huevos queden sumergidos en el aceite. Cuando el aceite esté caliente vamos friendo los huevos para que queden con la yema liquida. Yo frío un par de huevos de más para que si alguna yema se rompe, tengamos repuesto.

Cuando los huevos están fríos les recortamos los bordes si la clara está muy esparcida para que al envolverlos en bechamel no queden demasiado grandes.

Hacemos la bechamel, puedes hacerla a tu manera, pero yo te cuento mi método. Ponemos en una olla amplia y baja la mantequilla, cuando está derretida añadimos la harina y mezclamos y dejamos tostar 2 o 3 minutos. Apartamos del fuego y añadimos poco a poco la leche fría. No añadimos más leche hasta que la mezcla no esté lisa y sin grumos. Al principio añadimos al menos 1/4 de la cantidad y de ahí iremos poco a poco hasta que quede una mezcla lisa y algo densa. Ahora ponemos en el fuego sin deja de remover. Sobre todo el fondo y los bordes para que no se pegue. Dejamos hervir 3 o 4 minutos. Salpimentamos al gusto.

Ahora dejamos la bechamel en el fuego al mínimo para que no cuaje. Ponemos uno a uno los huevo en la bechamel y los cubrimos con cuidado. Con ayuda de una espátula los sacamos y apoyamos en la encimera que estará previamente aceitada.

Dejamos que enfríen completamente para poder manipularlos con mayor dificultad.

Para empanar los pasamos primero por huevo y después por pan rallado. Los ponemos en una fuente con pan rallado en el fondo para que los huevos no se queden pegados.

Podemos dejarlos cubiertos con film en la nevera un par de días antes de freírlos, pero no podemos congelarlos ya que no quedarían bien.

Para freírlos, los sacamos de la nevera al menos 1 hora antes y necesitamos abundante aceite para que queden cubiertos. Los freímos con el aceite caliente, pero no demasiado para que se doren poco a poco y el calor llegue al interior. 

Para rematar en casa los tomamos con patas paja.